
LUEGO DE GANAR POSICIONES Y TERMINAR A SOLO MENOS DE 2 PUNTOS EN LA PROVINCIA DE BS AIRES, EL FDT DEBE ARMARSE CAMINO AL 2023.
Con el escrutinio de las elecciones legislativas con tendencias definidas, el presidente Alberto Fernández anunció el comienzo de un nueva etapa de su gobierno que, todo parece indicar, seguirá siendo lo dura y difícil como la primera. Pero no en la magnitud que presagiaban desde la oposición que, de manera conveniente, continúa olvidando la crisis económica que generaron hundiendo al país. El resultado de esta elección legislativa es más bien agridulce donde le otorga, por un lado, la posibilidad al gobierno nacional de mantener la condición de primera minoría en ambas Cámaras del Congreso de la Nación, aunque perdió el quórum propio en el Senado. A nivel de la provincia de Buenos Aires, el Frente de Todos remontó de manera vertiginosa la derrota en las PASO y, al cierre de esta edición, Victoria Tolosa Paz estaba a solo 1,3 por ciento de alcanzar a Juntos por el Cambio. Más allá de lo que resulte al final del conteo, lo cierto es que Axel Kicillof ahora tiene mayoría en el Senado provincia facilitándole la gestión de gobierno. La otra alegría para el oficialismo llegó desde el Chacho donde el gobernador Jorge Capitanich impuso a sus candidatos y dejó atrás la derrota de septiembre. En Tucumán, tierra del jefe de Gabinete Juan Manzur, el peronismo ganó aunque por menor diferencia a las obtenidas en las primarias. El dato que ensombrece la jornada electoral es el desembarco de la ultraderecha en el Congreso. El partido de Javier Milei obtuvo el 17 por ciento de los votos porteños y junto a José Luis Espert, tendrán un bloque de 5 diputados.
“Si queremos resolver estos desafíos a los que nos enfrentamos, necesitamos que las grandes mayorías generen consensos”, avisó el Presidente en un discurso grabado poco después de que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro anunciara los primeros datos del escrutinio provisorio. Fue la primera pista que dio Fernández de cómo planea caminar la segunda parte de su mandato donde aspira a conciliar una agenda legislativa con la oposición y que el Presidente espera que sea “responsable y abierta al diálogo”, es decir “una oposición patriótica”.
Mauricio Macri, el principal opositor, comenzó la jornada electoral alejado de ese perfil de oposición patriótica al declarar que se estaba ya viviendo el “comienzo de un período de transición” como dando por finalizado el gobierno del Frente de Todos. Con el escrutinio encaminado, Horacio Rodríguez Larreta dijo a sus seguidores que “con la grieta no vamos a solucionar los problemas del país” y afirmó que “no es una noche de festejo, pero si una noche de esperanza”. Poco después, María Eugenia Vidal dijo que “millones de argentinos en todo el país dijeron basta y derrotaron a la tristeza, la frustración, al enojo”. Atrás, Macri solo miraba y escuchaba. Poco después, dirá que el llamado al diálogo de Alberto Fernández le sonó “algo oportunista”.
Debe haber más de una razón por la que Larreta dijo que no era una noche de festejos. Es posible que una de ella son los legisladores porteños que perdió a manos de Milei y lo alejó de los dos tercios de la Legislatura con que soñaba contar. El ultraderechista incluso le quitó dos posibles bancas que podría haber sumado para el bloque de diputados nacionales.
En Juntos por el Cambio aspiraban a desplazar de la conducción de la Cámara de Diputados a Sergio Massa. Para eso debían convertirse en la primera minoría. Hicieron el esfuerzo pero no les alcanzó. Y es que el oficialismo también hizo su tarea, con los gobernadores e intendentes más comprometidos, más metidos en el territorio se logró dar vuelta malas experiencias en septiembre como la de Chaco. Un resultado que justificó la alegría de Massa durante su discurso en el búnker del FdT: “Quiero contarte Presidente (Alberto Fernández) que gracias al voto de millones de argentinos desde el 10 de diciembre el Frente de Todos sigue siendo la primera minoría en la Cámara de Diputados, con 119 diputados, 3 más”.
El entusiasmo de Massa se entiende y tal vez contagió a Alberto Fernández que, a diferencia de su discurso con tono institucional había emitido una hora antes, ahora en el bunker oficialista agradeció la remontada: “Quiero darle las gracias a todas y todos los militantes que hicieron un esfuerzo inconmensurable para llegar a la casa de cada vecino y vecina. Por eso les pido que el próximo miércoles que recordamos el día de las militancias llenemos la Plaza de Mayo y celebremos este triunfo como corresponde”.
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