
Vacunas: la estrategia para llegar a todos los rincones del país y la experiencia Fueguina.
Las vacunas son víctimas de su propio éxito: a diferencia de los medicamentos que alivian enfermedades, cuyos beneficios son mensurables, con ellas el proceso es más bien silencioso. Son heroínas anónimas que, entre el 1° de abril y el 1° de junio, según estiman los analistas de datos Santiago Olszevicki y Jorge Aliaga, han salvado la vida de 14 o 15 mil adultos mayores frente a la covid. La premisa es sencilla: la única manera de frenar la propagación viral es a través de la inmunidad de rebaño. Para alcanzar este objetivo, es necesario que entre el 60 y el 70 por ciento de la población esté protegida con las vacunas. Insumos que, en un principio presentaban el desafío de su producción, luego de su fabricación a escala y más tarde –una vez que ambos aspectos estuvieron saldados– lograr que toda la sociedad acepte inocularse. Ese es el dilema que hoy enfrentan algunos de los países más poderosos del mundo como Estados Unidos (con el 53 por ciento de la población protegida y con un 30 por ciento que hasta el momento las rechaza) y que en el mediano plazo también podría afrontar Argentina.
El ritmo de la vacunación se aceleró notablemente en el último tiempo: en el último mes (período comprendido entre el 18 de mayo y el 18 de junio) se aplicaron en el país más de 7.600.000 dosis, con un promedio diario de casi 240.000 inoculaciones. Mientras que arribaron casi 8 millones de vacunas en ese tiempo. Son cifras que hacen hablar a los funcionarios del Ministerio de Salud del plan de vacunación “más grande de la historia”, teniendo en cuenta también los arribos de dosis que se esperan en lo inmediato.
“No vamos a parar hasta que cada argentina y cada argentino haya recibido la vacuna“, señaló el jueves la ministra de Salud Carla Vizzotti, en ocasión del bicentenario de la muerte de Martín Miguel de Güemes. En esta línea, Juan Manuel Castelli, Subsecretario de Estrategias Sanitarias de la misma cartera, plantea: “Lo importante será poder sostener el ingreso de las vacunas, asegurar la provisión. Si podemos aplicar dos millones de dosis por semana, en un mes llegaremos a ocho millones o incluso más. Por lo tanto, estaremos en condiciones de avanzar en cuatro millones de esquemas completos por mes. Si tenemos en cuenta que más del 30 por ciento de la población al menos recibió una dosis, son cifras para pensar que entre julio y agosto estaremos muy avanzados”.
“En algunos casos, son los vacunadores los que se desplazan e inmunizan a las familias que no tienen un acceso sencillo a los centros. Hemos visto imágenes muy lindas, de enfermeros yendo a caballo muchísimos kilómetros para poder inocular a todos los argentinos. Parece épico porque en verdad lo es. En una etapa posterior, una vez que tengamos asegurado un porcentaje importante de la población y disminuyan los casos, iremos a buscar a la gente que no haya accedido a sus dosis. Para la gripe esta acción fue un éxito en años anteriores”, sostiene.
En Tierra del Fuego la estrategia fué al revés prácticamente, no se priorizó a los esenciales salvo los casos de Médicos y personal de la Salud ….y viene dando resultado, casi no se notó la segunda ola….claro, también es verdad que somos pocos, la situación ahora habrá que evaluarla cuando comienze la temporafa invernal y la llegada del turismo.
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